qué adelantas sabiendo mi nombre? cada noche tengo uno distinto, y siguiendo la voz del instinto me lanzo a buscar. imagino precioso, que un hombre, algo más, un amante discreto que se atreva a perderme el respeto.. no quieres probar. vivo justo detrás de la esquina, no me acuerdo si tengo marido, si me pintas con arte el vestido te invito un champagne.
peor para el sol, que se mete a las siete a la cuna del mar a roncar, mientras un servidor le levanta la falda a la luna.
al llegar al portal nos buscamos, como dos estudiantes en celo, un piso antes del séptimo cielo se abrió el ascensor. nos sirvió para el último gramo, el cristal de su foto de boda, no faltó ni el desfile de modas, de ropa interior. en mi casa no hay nada prohibido, pero no vallas a enamorarte, con el alma tendrás que marcharte para no volver. olvidando que me has conocido, que una vez estuviste en mi cama, hay caprichos de amor que un hombre no debe tener.
es mejor, le pedí que te calles, no me gusta invertir en primeras, me han traido hasta ti tus caderas, no tu corazón. y después, para qué más detalles? ya sabés, copas, risas, excesos.. cómo van a caber tantos besos en una canción? volví al bar a la noche siguiente, a brindar con su silla vacía. le pedí una cerveza bien fría y entonces no sé si soñé, voz que me iba diciendo al oído, me moría de ganas querido, de verte otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario