nadie nunca se enterará que en ese cuarto nos amamos los dos. y no le digas jamás a mi hombre ni a tu mujer, que el mundo no entenderá que nos deseamos. nos importa poco hacernos ese daño, nadie de nosotros va bien. pero son tus encantos los que me obligan a dejar de ser fiel, una, otra y otra vez. que nadie se entere, a escondidas devorarnos de placer.
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